Walt, el protagonista de la serie Breaking Bad tiene cancer de pulmón. La solución consiste en someterse a un tratamiento que, al parecer, da buenos resultados a largo plazo ya que contribuye a alargar la vida del paciente, y en el mejor de los casos, a salvarla. Sin embargo, este tratamiento está al alcance de muy pocos por su elevado coste (90.000 €) en un país, EEUU, en el que la sanidad se gestiona a través de un modelo liberal que exprime económicamente a los que menos tienen, les somete a sus empleos, ya que si los pierden dejan de tener seguro médico, y les deja con una deuda enorme. Esto último es lo que le preocupa a Walt , es decir, el hecho de que se muera y le deje a su esposa y a su hijo con una deuda de miles de dolares.
Es el problema de entender un derecho fundamental como un bien con el que puedes hacer negocio. Las políticas de nuestro querido PP en Madrid siguen esta estela: dejar de mantener la sanidad pública porque supone un coste muy elevado, y conceder su explotación a empresas privadas en las que los consejos de administración están colmados de ex políticos que participaron en la privatización, o de amigos y familiares de estos últimos.
Todo esto le tiene a Walt buscando billetes en la piscina y en los conductos de ventilación. Pero el dinero no cae del cielo, y en un país en el que sin billetes no eres libre es necesario traspasar los límites legales muchas veces. Por ello, aplica sus conocimientos de química para hacer la mejor metanfetamina y poder recaudar dinero rápidamente. ¿Está bien, o mal? ¿Es ético o amoral? Dejemosle a ese supueto Dios que está por encima de la nación de las barras y estrellas, la facultad de juzgar.
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